De vuelta del trabajo en la tarde estaba a punto de tomar colectivo, y me dije: "Pero si no tengo ni un apuro, me voy en micro no más"... y pasó algo casi mágico...
Hoy 26 de octubre de 2011 hubo paro de taxis colectivos a lo largo del país. Puerto Montt no estuvo ajeno a esta movilización pero...
Como todos los días me levanto como a las 6:45 AM para poder levantar a mi hijo Leonardo e ir a dejarlo al colegio (va a Pre-Kinder). La idea es salir siempre de la casa a las 8 AM para llegar a la antes de la 8:30.
Como no pasó niun colectivo (por el paro), al final llegamos caminando al colegio y justo a tiempo. Luego bajé al centro en la micro 5E. De vuelta para ir a buscar a Leonardo de nuevo tomé la 5E y nuevamente llegué a tiempo. De vuelta del colegio a casa nos vinimos caminando.
En colectivo hubiese gastado 3 pasajes de 500 pesos = $1500 en total.
En cambio gasté sólo 2 pasajes de micro de $250, o sea $500 en total => Ahorro=$1000
A partir de ahora andaré más en micro. Hay que programarse mejor, pero se demora casi lo mismo e incluso se puede andar más cómodo, si la micro no está llena.
De vuelta del trabajo en la tarde estaba a punto de tomar colectivo, y me dije: "Pero si no tengo ni un apuro, me voy en micro no más"... y pasó algo casi mágico:
Me subí a la micro y observaba a la gente. De pronto desde atrás de la micro por el pasillo, como la micro iba llena, alguien que de seguro se subió por atrás, pidió que le ayudaran a hacer llegar las monedas hasta el chofer. Fue divertido como las personas iban reciebiendo los $250, y decían: "la persona de atrás le envía su pasaje al chofer". Así las monedas recorriendo el pasillo de mano en mano hasta que llegaron al chofer.
Cada vez que alguien se tenía que bajar, muchos nos teníamos que reacomodar y colaborar para facilitar el tránsito de las personas. Eso me agradó mucho, pués las personas en las micros tienen que estar conscientes de que hay más gente a su alrededor, tienen incluso que hacer responsables de las dificultades del resto. Por ejemplo cuando es necesario, uno se tiene que bajar para permitir que otros pasajeros puedan bajar. Una vez que las persona se ha bajado uno pude volver a subir.
Con respecto a las situación de las monedas viajando por el pasillo, pasaron dos situaciones relacionadas:
1) El pasajero que había enviado las monedas desde el fondo, se bajó por la puerta trasera, y corrió por fuera de la micro hasta adelante, se asomó por la puerta delantera y le pidió a l chofer su boleto, pues claro las monedas habían viajado, pero el chofer no le envió de vuelta el famoso boleto. El chofer contó un boleto y boleto y otro pasajero ayudó en la entrega del papelido.
2) Otro pasajero que bajo por atrás, también corrió por fuera de la micro y le tocó la puerta al chofer. este abrió la puerta delantera para ver que quería el pasajero, y este le dijo: "No le había pagado el pasaje", y le pasó los $250.
Yo creo que este tipo de cosas ni en su sueños podrían imaginarlas los santiaguinos estresados con el Transantiasco.
Repito entonces que la experiencia fue casi mágica. Sentí muchas cosas: solidaridad, respeto, consideración, gentileza. Me recordó los tiempos cuando era niño y no existían los colectivos.
Cómo dijo Manuel Rodríguez: "¡¡¡Aun tenemos patria, ciudadanos!!!".
Mañana viajaré de nuevo en micro para sentirme más cerca de mis compatriotas.
Para terminar me acordé de algo que me contó un compañero de universidad que pasó en una micro en Valdivia:
Iba una micro llena, se subió una sra. y se tuvo que ir de pie, pues estaban todos los asientos ocupados. De pronto el chofer para la micro, sale de su asiento y le dice a la mujer: "Señora, siéntese"... La mujer descolocada, no hayaba que decir, mientras el resto de lo pasajeros no entendía qué pasaba. El chofer insitió: "Señora, siéntese... ya que nadie le quiere dar el asiento, yo le doy el mío". Entonces hay recién los pasajeros reaccionaron y varios le ofrecieron que se sentara en el asiento que antes no habían querido ceder.
6 comentarios:
me gusta mucho ese relato
Aunque no lo creas en el sistema de las amarillas pasaba eso, había un respeto por el trabajo del chofer aunque la micro fuese vieja o iba repleta igual se pagaba el pasaje.
Con el Transantiago el cambio fue radical, hay personas que encuentran extraordinario el sistema, en lo personal creo que se perdieron muchas cosas buenas y se ganaron otras tantas pero a final, la cultura de viajar cambió y creo que para peor.
Me gusta mucho tu relato. Yo ando a pie o en el coche de otros, y si puedo, en taxi. Cuando me subo en un camión lo disfruto mucho, ver a la gente de dentro y de fuera. Pero porque es de vez en cuando. Cuando lo usaba para ir al trabajo o a la escuela, era bien estresante que fueran impuntuales, bien desagradable que estuvieran sucios, bien cansado que tardaran muchísimo en avanzar. Así es en donde vivo.
Me importa mucho leer distintos relatos y por eso navego en internet buscando esta clase de cosas. De hecho cuando encuentro en internet historias que me gustan trato de imprimirlas y pegarlas sobre mi heladera patrick
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