«En el fondo la idea era que con menos palabras y diferentes significados, sería imposible expresar ideas complejas, se disminuiría el área del pensamiento y las población finalmente no sería capaz de expresar sus derechos...»
Aquellos que han leído la novela «1984» de George Orwell recordarán que esta obra trata de una dictadura ubicada en un futuro distópico donde el Gobierno tenía tal control de la población que incluso vigilaba hasta sus pensamientos.
Una de las técnicas para mantener a la gente dominada consistía en reducir año a año el vocabulario, quitando palabras de los diccionarios y/o cambiando su significados y la utilización de estas.
Esta manipulación del vocabulario tenía como fin adecuar el lenguaje a los objetivos del régimen, así como imposibilitar formas de pensamiento que atentaran contra el sistema establecido.
Por ejemplo la palabra libre existía, pero sólo se podía utilizar en afirmaciones como «este perro está libre de piojos» o «este prado está libre de malas hierbas». No se podía usar para referirse a «políticamente libre» o «intelectualmente libre», ya que la libertad política e intelectual no existían en esta dictadura. Otras palabras peligrosas para el sistema simplemente eran borradas.
En el fondo la idea era que con menos palabras y diferentes significados, sería imposible expresar ideas complejas, se disminuiría el área del pensamiento y las población finalmente no sería capaz de expresar sus derechos y más aún ni siquiera se le pasaría por la mente que tenía derecho a esto o a lo otro.
Todo esto se me vino a la mente no sólo por que en estos últimos días se armó la polémica por que se remplazaría el término Dictadura por Gobierno Militar, si no por que mediante diferentes maneras el lenguaje de los chilenos se ha ido degradando. Ya se ha comentado bastante que más de un 70% de los chilenos no son capaces de entender lo que leen.
Por ejemplo publicaciones como La Cuarta redactan las noticias en un lenguaje popular y entretenido, pero aunque el usar modismos, e incluso groserías, enriquece nuestra lengua, por otro lado su uso excesivo hace que las personas se acostumbren a hablar un mal Castellano y tengan dificultad para expresar ideas complejas.
Otro ejemplo es el Chat. Me parece BKN el usar símbolos y acortar palabras para una comunicación más rápida, pero la idea es usar esta neolengua sin olvidar la lengua original.
Los héroes y heroínas de la farándula y el fútbol dejan harto que desear en su manera de expresarse y lamentablemente son tomados como modelos por las generaciones jóvenes, y lo peor de todo es que son modelos no sólo en el lenguaje y el look, si no que también en sus comportamientos bastante reñidos con la la ética.
La Internet también está teniendo efectos nocivos en la lectura. En general los Internautas leen como máximo los 2 o 3 primeros párrafos de una página.
En resumen poco a poco los chilenos están siendo condicionados para pensar menos y así ser menos peligrosos.
Para colmo soy un convencido de que detrás de la jornada escolar completa se podría esconder un oscuro objetivo: condicionar a los niños para que en un futuro aguanten jornadas más largas de trabajo sin reclamar y sean más fáciles de explotar.
¿Me entendieron o no me entendieron?
