“Ya nada ha escapado a la voracidad de las multinacionales. Se está lucrando con el cobre, la madera, nuestros recursos hídricos (levantando represas), nuestros recursos pesqueros y ahora le toca al Litio”
por Hugo Farías Moya
Para invadir un continente, apropiarse de sus riquezas, someter y diezmar a sus poblaciones,los conquistadores españoles necesitaban justificarse y para ello se valieron de dos instrumentos: la cruz y la espada. Su Dios era el único Dios, su rey el único rey. Eso les daba derecho a imponer su dominio y a “civilizar” a los salvajes y herejes. Seres inferiores sobre los cuales se llegó incluso a discutir si tenían o no alma. Porque si se les reconocía que tenían alma, tenían también libre albedrío, y eso no era aceptable para sus afanes de saqueo. Para ello obtuvieron una bula papal que les otorgaba estas tierras con la condición de “evangelizar” (extirpar idolatrías). E inventaron el racismo, el criminal concepto de razas “superiores” e “inferiores”, sustento ideológico de ese y posteriores genocidios.Pero la bula papal no bastaba. La Corona española convoca a sus juristas y redacta los“justos títulos” para justificar su presencia en América. Redacta también el célebre “Requerimiento”, un texto en el que se advertía en cada pueblo que conquistaban: “Sométanse a nuestro Dios y nuestro rey o serán esclavizados”. La gente era arrastrada a la plaza, se les leía el texto, obviamente en español, y después de eso arrasaban. Bien gráfica ha sido la conquista del Perú por el español Francisco Pizarro. Citó a una conferencia de paz al Emperador Inca Atahualpa. Una vez enfrentado a él, le entregó la Biblia y como este no sabía el contenido ni menos que significaba el famoso libro, lo arrojó al suelo y conesto los conquistadores tuvieron la justificación para iniciar la matanza y la colonización.
Continuidad del Colonialismo
En el siglo XV se inaugura el capitalismo, pues es el período de acumulación de capital, y nace la idea de modernidad, de incorporar estas tierras, a los bárbaros, salvajes, infieles, a la civilización. Los procesos de colonización no terminaron en el siglo XVI. En el siglo XIX y hasta bien entrado el siglo XX continuó en otros lugares del mundo.Mientras que en América las independencias lideradas por los criollos sólo ocultaban las injusticias, pues aún hoy se mantienen las instituciones coloniales. Por eso los pueblos indígenas planteaban construir sociedades interculturales y Estados plurinacionales.
Ya en las dos últimas décadas del siglo pasado, tras la caída del campo socialista, se impone la globalización de Derecha o llamada neoliberal. Una nueva colonización que se traduce en nuestros países en privilegios para las actividades extractivas, siempre en nombre del desarrollo. Las multinacionales invaden con apoyo de los Estados y gobiernos locales, los territorios y criminalizan la protesta ante esta violación sistemática de derechos. Ahora ya no son las carabelas sino las multinacionales las que nos invaden y someten.
Las múltiples crisis que azotan hoy el planeta: social, cultural, económica,ambiental, de paradigmas, evidencian los límites de este modelo, incapaz de sostenerse a sí mismo. Es una crisis de la civilización occidental.
Es ahora que el mundo se ha sometido a este pirateo y conquista, no por las armas, sino por la codicia de las multinacionales que saquean y convierten los recursos naturales de cada nación en una mercancía que se puede despojar, sin tener oposición alguna en los estados en que participa. La complicidad a este robo se ve sistemáticamente repetida, como lo es el cobre en Chile, como lo es el petróleo en otras partes del mundo, o los recursos naturales. Pero el guión es siempre el mismo, los políticos locales se venden por algunas migajas ya sienten con sus leyes la legalidad del saqueo. Pero cuando algún gobierno quiere recuperar la dignidad y nacionalizarlo que por derecho les corresponde, es tildado de populista, de demagogo y sometido a las más injuriosas ofensas y llega a ser considerado un paria en la comunidad internacional.
Nuestro país no escapa a la excepción. Desde el advenimiento de los llamados Chicagos Boys,durante la dictadura militar hasta el actual gobierno de Piñera y pasando por los 20 años de gobiernos de La Concertación, el entreguismo de nuestros recursos naturales ha sido copiado en reiteradas ocasiones. Ya nada ha escapado a la voracidad de las multinacionales. Se está lucrando con el cobre, la madera, nuestros recursos hídricos (levantando represas), nuestros recursos pesqueros y ahora le toca al Litio. Siempre con la obsecuencia y complicidad de nuestros políticos criollos.