marzo 29, 2012

John Carter
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Ilustración de Richard Corben


Fui a ver la pelicula John Carter basada en una novela de Edgar Rice Burroughs, el mismo creador del personaje Tarzán.

Al verla me llamó mucho la atención el parecido de la argumento con el de las aventuras del personaje de comics «Den» de Richard Corben (uno de mis dibujantes favoritos). Burroughs fue un escritor norteamericano que triunfó con sus novelas fantásticas a comienzos del siglo XX (Tarzán se publicó por primera vez en 1912 y sus primeras adaptaciones en cómics son de 1930 y algo). Es muy probable que Corben se haya inspirado en Jonhn Carter para crear a DEN. Además Corben ha hecho ilustraciones para reediciones de la novelas de Burroughs.

Curioso por conocer el argumento original y me conseguí la novela «Una Princesa de Marte» en formato PDF, la convertí a TXT y la leí completa en mi teléfono (Libros Electrónicos en el Teléfono).

La verdad es que me gustó mucho el argumento original y quedé impresionado de la creatividad de Burroughs, pero por otro lado ya no me gustó tanto la adaptación al cine de la novela y me pareció una adapción libre muy simplificada con muy bueno efectos especiales.

No es que finalmente encontré mala la película, pero la verdad es que le faltaron muchas cosas.

En primer lugar Disney hubiese tenido bastantes dificultades para asemejarse al argumento original, pues en al novela todos los marcianos, incluído Carter, andan desnudos y sólo se cubren con adornos y armas. Disney hubiese tenido que hacer una película casi porno para respetar esto.

En el Sitio Oficial que rinde tributo a Edgar Rice Burroughs (ver referencias) encontré una muy buena adaptación en historietas con algunas variaciones un poco más eróticas, pero que muestra sin censura como los protagonistas de la historia andan en cueros.



En libro John Carter aprende el lenguaje marciano por que se lo enseñan, no por que beba un brebaje mágico, y además desarrolla las habilidades telepáticas que todos los habitantes de Marte poseen.

Es comprensible que en una película, aunque dure casi dos horas, sea difícil resumir un libro, pero la novela original tiene muchas más aventuras intermedias antes de que Carter rescate a la princesa Dejah Thoris que podría haber sido desarrolladas.

La relación entre la marciana Sola y su padre es mucho más compleja y dramática en el libro, y no se le revela a Carter por intuición si no por que Sola se la relata por que confía en él.

En la novela al igual que en las historieras antiguas de Tarzán de los años 1930 se nota un cierto racismo. En las historietas se considera a los negros y otras razas como un tanto inferiores con respecto al hombre blanco. En la novela Una Princesa en Marte, los marcianos verdes son vistos igualmente como un tanto inferiores a los marcianos más parecidos a los terrícolas, y siempre se da a entender que la naturaleza humana con su valores tradicionales: amistad, igualdad, democracia, libertad, es el mejor modelo en el universo. Noté como una intolerancia a otras culturas que no sean la tipo occidental.

Por último en la novela se dice que todos los habitantes de Marte, incluso los humanoides, como «Los Rojos», raza a la cual pertenece la princesa Dejah Thoris, se reproducen poniendo huevos. Ahí quedé medio complicado pensando en que al final de la novela John Carter tiene un hijo con Dejah Thoris, o mejor dicho tienen un huevo.
No me puedo imaginar como realizarán el acto sexual, cuantos orificios tendrán las hembras marcianas y por dónde les sale el tremendo huevo. Por un momento me imagino a John Carter teniendo relaciones con una gallina gigante y entro en shock.

Lo que si voy a tener que conseguir el resto de las novelas pues la primera queda en continuará...

REFERENCIAS

Adaptación en Cómic de Una Princesa de Marte en el sitio Official Edgar Rice Burroughs Tribute Site

Descargar el libro Una Princesa de Marte en Castellano desde Libroteca.net

John Carter en Wikipedia

marzo 21, 2012

Libros Electrónicos en el Teléfono
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Supongo que para la mayoría de los aficionados a la lectura no es raro que sepan que hay montones de libros que se pueden descargar desde Internet, ya se en formato DOC (Word), PDF, TXT u otros.

Lo que quizá no sepan es que además de poder abrir esos archivos en un PC, o en un lector de libros digitales como los que vende Amazon, también se pueden abrir en muchos de los teléfonos modernos.

Yo por ejemplo tengo uno Chino que permite abrir archivos TXT, así que lo que hago es abrir primero en el PC el archivo en formato Word o PDF y luego hago una versión en TXT y la guardo luego en mi teléfono.

De esa manera me entretengo leyendo en los viajes largo en colectivo o micro. Tiene el sistema la gracia de que cuando cierro el archivo, la proxima vez que lo abro, lo hace en la útima posición donde lo estuve leyendo y así puedo retomar la lectura sin problemas.

Debo agregar además que los teléfonos más vacanes como los Iphone leen directamente PDF, así que no es necesario la conversión previa para desplegarlos.

marzo 20, 2012

Son muy caradura!!!
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Fidel Espinoza en Twitter (http://twitter.com/fideldiputado) menciona que los parlamentarios de oposición habían pedido una sesión especial este miércoles 21 (http://www.petorcadigital.cl/?p=3220) para analizar el conflicto de Aysén donde se citaría a Ministros de Gobierno y a la Intendenta de Aysén.
Pero negociaron en secreto y la suspendieron a cambio de que la Alianza suspenda la sesión sobre el llamado 27-F (Condoro de la Onemi y otros durante el Terremoto del 27 de Febrero).

Se suspenden las dos sesiones, son muy caradura!!!

marzo 10, 2012

Alguien te Mira
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por Jorge Montealegre
escritor e investigador de la Universidad de Santiago


Lo vimos en Internet: cuatro soldados norteamericanos, vestidos con uniforme de camuflaje, orinando sobre los cadáveres de tres “insurgentes talibanes” que habían sido abatidos por los mismos que mean y se ríen en el video. -"Espero que te guste la ducha", dice uno de ellos. Un quinto soldado graba la escena. Y la colgó en la red. Las imágenes de los cazadores fotografiándose con su trofeo, recordó de inmediato aquellas tomadas también por soldados norteamericanos en la cárcel de Abu Ghraib, en Bagdad, en las que se ve a prisioneros iraquíes degradados. Parte de la tropa posó, sonriente y orgullosa, junto a los torturados. ¿Narcicismo, estupidez, banalidad, sadismo? No lo sé, pero podemos ver las imágenes y formarnos nuestra propia opinión sobre ellas.

Más cerca, en una imagen reciente, un carabinero golpea con su arma a una mujer de la comunidad mapuche José Jineo Ñanco. La señora intenta defender a otra comunera que lleva en sus brazos a un bebé. -“¡Está con la guagua!”, le gritan, para que suelten a la madre y su niño. El carabinero, de “fuerzas especiales”, se zafa de la mujer que interviene a favor de su pariente y le pega con su arma como si esta fuera un garrote; luego, le apunta amenazándola. Ella retrocede, espantada. Vimos la escena porque alguien de la misma comunidad registró el episodio, cuya grabación dura hasta que otro policía se acerca a la cámara para evitar que se siga grabando. Igualmente se compartió en la red.

Mientras la policía apuntaba con armas, alguien, a su vez, los apuntaba con un teléfono celular.

Crecientemente, el teléfono móvil ha pasado a ser un instrumento-utensilio como lo es una cuchara o los anteojos, especialmente entre la juventud que crece en esta vertiginosa revolución tecnológica que achica para unos y amplía para otros el mundo. Son principalmente nativo-digitales y entre ellos(as) están quienes marcharon en el 2011 como “indignados” por diversas causas y distintas avenidas del planeta. Nunca antes los y las manifestantes habían cumplido tan masiva y y de manera simultánea los roles de actores y espectadores de su protesta.

Tampoco habían contado naturalmente, como si fuera una extensión de sus cuerpos, con una cámara fotográfica o de video –un teléfono celular- para grabar y comunicar algo excepcional, dejar testimonio de que se estuvo “en el lugar de los hechos”: grabar para recordar el acontecimiento vivido y recordarse en él. El registro, puesto en la red, además retroalimenta al movimiento para autoconvocarse a otras manifestaciones y para hacer nuevos registros, creando así el círculo virtuoso de las marchas estudiantiles: del océano virtual al mar humano. Así, la masividad de los dispositivos móviles impuso, casi por sentido común, la necesidad del registro en imágenes. En el lugar cada manifestante devino un potencial reportero de su propia marcha.

La intencionalidad de cada cobertura varía, haciendo evidente que además de las grabaciones lúdicas y demostrativas de masividad hay un uso escrutador ciudadano para vigilar la actuación de las autoridades y de vigilancia (desenmascaramiento de infiltrados, constatación de lesiones producto de la represión policial, etc.) con un propósito divulgador que compensa los énfasis oficiales en el uso de las imágenes por los medios establecidos. Registrar es una forma de autodefensa ciudadana que altera, adicionalmente las formas de hacer política: la tradicional “agitación y propaganda” cambia cuando se hace con más celulares que células partidistas.

Desde esta perspectiva es preocupante que –asociando movilización social con terrorismo- el gobierno haya propuesto una Ley Antiprotesta en cuyo proyecto “permite a las fuerzas de Orden y Seguridad consignar la existencia y ubicación de fotografías, filmaciones, grabaciones y, en general, toda reproducción de imágenes, voces o sonidos que se hayan tomado, captado o registrado y que sean conducentes para esclarecer los hechos que constituyan o puedan constituir delito y obtener su entrega voluntaria o una copia de las mismas.” Percibida como un subproducto de las movilizaciones, es una medida literalmente reaccionaria que evidencia y niega al mismo tiempo este ojo plural y convierte en objetivo policial al que esté capturando imágenes. Y es comprensible porque a quienes abusan del poder siempre les preocupará que alguien los mire y los exponga en la plaza pública, que hoy es virtual y –sin olvidar que también puede ser censurada- es prácticamente infinita.